
El primer dilema fue la empacada, demasiadas cosas acumuladas por mucho tiempo, de algunas de ellas no hubo mayor complicación para botarlas, otras guardaban mucho contenido sentimental que igual hubo que ignorar y muchas otras emprendieron el viaje con nosotros. La frase que más escuché fue: pero es que tienen muchas cosas, y la verdad sí (ya hablaré después del grupo de autoayuda que tengo planeado) pero bien dicen que todo cabe en un jarrito... y mi casa nueva he pensado podría llevar ese mote: el jarrito.
Adaptarme a la casa nueva ha sido poco a poco y hasta donde creo no tan difícil, hay cosas sí, pero se resuelve. La parte que fue una verdadera pesadilla fue la falta de líneas telefónicas con la respectiva conexión a internet. Y no lo digo por clavada (que entre otras podría aplicar) sino poque al tener la oficina en casa y al dedicarnos nosotros al negocio de internet, carecer de él era como querer correr con una pata enyesada. Y así duramos mes y medio... ¡mes y medio! ¡48 días estuvimos sin una conexión a internet! el cafecito internet de acá a la vuelta hizo su agosto con nosotros y no consideramos soluciones provisionales de otro tipo porque no esperábamos que fuese a durar tanto la cuarentena. Finalmente el Día "I" llegó y tuvimos ya nuestra conexión, el caso es que se había acumulado tanto trabajo ya que ni oportunidad hubo de venir a avisar y ontar todo.
Hoy por fin revive este espacio que próximamente tendrá noticias, no será olvidado ni relegado, pero compartirá a su autora.
Tengo mucho que contar del baile, de libros, de la gente y la familia. Ahora sí, ya habrá tiempo (y conexión) para contar.
Escribí algo al respecto de esto en friega, pero enfriega.com
2 comentarios:
48 dias no son tantos... jajajaja
Lo bueno es que ya pasaron las cosas, la mudanza, el cambio, el dejar aquel lugar y el "sin" internet.
Bienvenida de nuevo :D
Besos!
se ve lindo...
Y bueno, si, cuando me fui con Luis tire muchas cosas y cuando me volvi a mudar, volvi a tirar más...
es bueno tener esas limpiezas, ayudan también a nuestro corazón
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