Buenos deseos

27 junio 2012
Atardecer 
 
Tomé esto del muro de Emmanuel Inzunza Rico en Facebook, desde la primera vez que lo leí hubo frases que se quedaron retumbando en mi cabeza, hoy lo volví a leer de principio a fin y decidí compartirlo aquí también, ahora que tan faltos de buenos deseos estamos

Te deseo

Víctor Hugo

Te deseo primero que ames y que amando, también seas amado(a).
Y que, de no ser así, seas breve en olvidar y que después de olvidar, no guardes rencores. Deseo, pues, que no sea así, pero que si es, sepas ser sin desesperar.

Te deseo también que tengas amigos, y que, incluso malos e inconsecuentes, sean valientes y fieles, y que por lo menos haya uno en quien puedas confiar sin dudar. Y porque la vida es así, te deseo también que tengas enemigos. Ni muchos ni pocos, en la medida exacta, para que, algunas veces, te cuestiones tus propias certezas. Y que entre ellos, haya por lo menos uno que sea justo, para que no te sientas demasiado seguro.

Te deseo además que seas útil, más no insustituible. Y que en los momentos malos, cuando no quede más nada, esa utilidad sea suficiente para mantenerte en pie.

Igualmente, te deseo que seas tolerante; no con los que se equivocan poco, porque eso es fácil, sino con los que se equivocan mucho e irremediablemente, y que haciendo buen uso de esa tolerancia, sirvas de ejemplo a otros.

Te deseo que siendo joven no madures demasiado de prisa, y que ya maduro, no insistas en rejuvenecer, y que siendo viejo no te dediques al desespero. Porque cada edad tiene su placer y su dolor y es necesario dejar que fluyan entre nosotros.

Te deseo de paso que seas triste. No todo el año, sino apenas un día. Pero que en ese día descubras que la risa diaria es buena, que la risa habitual es sosa y la risa constante es malsana.

Te deseo que descubras, con urgencia máxima, por encima y a pesar de todo, que existen, y que te rodean, seres oprimidos, tratados con injusticia y personas infelices. Te deseo que acaricies un gato, alimentes a un pájaro y oigas a un jilguero erguir triunfante su canto matinal, porque de esta manera, te sentirás bien por nada.

Deseo también que plantes una semilla, por más minúscula que sea, y la acompañes en su crecimiento, para que descubras de cuántas vidas está hecha un árbol.

Te deseo, además, que tengas dinero, porque es necesario ser práctico. Y que por lo menos una vez por año pongas algo de ese dinero enfrente a ti y digas: "Esto es mío", sólo para que quede claro quién es el dueño de quién.
Te deseo también que ninguno de tus afectos muera, pero que si muere alguno, puedas llorar sin lamentarte y sufrir sin sentirte culpable.

Te deseo por fin que, siendo hombre, tengas una buena mujer, y que siendo mujer, tengas un buen hombre, mañana y al día siguiente, y que cuando estén exhaustos y sonrientes, aún sobre amor para recomenzar.

Si todas estas cosas llegaran a pasar, no tengo más nada que desearte.

Mi primer contacto con la política

11 junio 2012
Estaba en segundo año de primaria, a mis escasos siete años de edad, en escuela nueva y acostumbrándome apenas a ella, a los nuevos compañeros, a los modos, costumbres y actividades que ahí había.

Una de esas actividades era la elección de consejo estudiantil, para mi eso era muy nuevo, no entendía para qué servía o cuál era la utilidad, lo único que sabía es que en pocos días había que votar por la planilla azul, la roja o la blanca. La planilla más fuerte era la azul (¿o la roja?) pero yo ya tenía mi voto decidido por la planilla roja (¿o era la azul?), la segunda en preferencias, porque en ella estaba el hermano de mi nueva amiga y yo era solidaria. Finalmente la planilla blanca era de las tres la más débil.

Las campañas estaban a todo lo que daban y sus estrategias no eran tanto más distintas que las "de la vida real", ¿las propuestas? no, ni idea.

Un día estaba yo sentada en una banca durante el recreo, se acercó un niño más grande, probablemente ya de secundaria, y me regaló una paleta, yo la acepté, me preguntó si iba a votar por la planilla blanca, y yo muy segura y decidida (e inocente, sí, lo se) le dije que no, que votaría por la roja (o la azul da igual) el niño simplemente me quitó la paleta y se fue ante mi cara de asombro.

Llegaron el día de las elecciones, arrasó la planilla azul y yo tuve que consolar a mi amiga que lloraba amargamente por la derrota de la planilla en la que participaba su hermano.

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Septiembre 19, 7:19 am
Un temblor
Desconcierto

Septiembre 20, 8:00pm
Un temblor
Miedo y desconsuelo

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Recuerdo que sólo fui algunos días más a esa escuela después de que las cosas regresaron a una lúgrube normalidad y el tiempo necesario en lo que mis padres decidieron que nos mudaríamos de ciudad.

Nunca supe para qué servían las elecciones en esa escuela, cuál era la función de los miembros de la planillas, si desempeñaban alguna labor en particular, si en esas labores también incluían a los perdedores o si sólo era un ejercicio de la escuela.

Así fue mi primer contacto con la política, un poco áspera e infructuosa, tristemente las cosas no han cambiado mucho.