Hotel Capitol

26 julio 2006

- ¿Qué hora es?
- no se, las dos, o las tres
- de la mañana?
- no, de la tarde

Las cortinas permanecían cerradas, Él recogía la ropa del cuarto, Ella permanecía sentada en la cama, con la mirada perdida haciendo un recuento del pasado, abriendo un abismo al futuro.

- ¿Es definitivo?
- tú así lo decidiste
- no, no lo hice

Las tardes nubladas de domingo nunca son buenas para aclarar la mente y decidir volver a empezar, vuelven los fantasmas y atormentan, viene la melancolía, viene la añoranza y la desazón. Ella miró la cama revuelta, pensó que sería la única en saber, pero que pronto olvidaría; miró las grecas de la alfombra, las lámparas, la pequeña tarjetita junto al teléfono, quería memorizar cada milímetro de un último recuerdo.

- Está nublado
- no es algo raro
- sólo decía

Los preámbulos a los adioses suelen ser más duros que los adioses, pensar en lo que dolerá, no hoy, sino mañana y después de mañana, y no saber hasta cuándo dolerá.

- ¿es hora?
- así parece

Salieron de la habitación que albergó el último momento que pasarían juntos dejando en ella los sueños y esperanzas. Ninguno supo porqué no intentó evitar el adiós, era como si una sentencia los tuviera marcados. Un último beso, tan insípido como doloroso cerró el capítulo más oscuro de sus vidas.

Ella lo recuerda a Él, Él piensa en Ella. Ninguno llama

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Señorita!!! Fue un placer conocerla el día de ayer!!!!

Skene dijo...

ayyyy! ya vine yo también a hechar mitote por aca :P

Adriana dijo...

Eso me da mucho mucho gusto, ustedes síganle que yo fascinada.

Para mi también fue un gran placer conocerla usted señorita ku.

Y austed señorita Skene pues que un gusto volverla a ver después de tanto tiempo

Mauricio Angulo S. dijo...

Muy bonita pieza, Adriana. ¿Escribes cuentitos regularmente?

Fue un gusto verte el sábado. Estamos en contacto.

Maurys dijo...

que tal adriana, tienes mucho talento. debes seguier escribiendo! saludos, maurys.