La anécdota de la semana o ¡ya báñate no seas ingrato!

06 septiembre 2007
Esta anécdota debió ser escrita desde ayer, pero la ingrata luz o la ingrata compañía de luz, como mejor les plazca, tuvieron a bien suspender el servicio por un buen rato en lo que arreglaban vaya a saber qué desperfectos, cosa que provocó que yo no pudiera terminar mi trabajo pendiente y por cierto, urgente.

Pero en fin, esa es harina de otro costal, lo que verdaderamente quería contar y aún quiero es la anécdota del día de ayer, de esas que uno recopila cuando es usuario del sistema del transporte colectivo de esta gran ciudad.

Ayer fui con mi hermano a recoger unas cosas allá por bellos y bonitos rumbos del oriente (así, con todo el sarcasmo que puede leerse). De regreso tomamos una ruta más conocida por nosotros, trasbordamos en Chabacano y de ahí hasta Taxqueña, nos trepamos al pesero y todo parecía ir normal.

Nos sentamos dos bancas atrás del chofer, adelante de nosotros estaba sentada una muchacha del lado del pasillo y quedaba vacío el lugar junto a ella. Ya casi para arrancar subió un tipo y le pidió permiso a la muchacha de pasar al lugar vacío. Yo la vi, en el momento en que el tipo pasó la pobre mujer le echó unos ojos, lo barrió de arriba a abajo y pude notor algo de resentimiento en su mirada, me intrigó y seguí la escena. La chica tapó su nariz con un gesto de "fuchi" a mi me causó gracia, creí que por como había pasado tal vez la axila del tipo había quedado en evidencia, pero que no sería más que eso.

De pronto ella comenzó a abanicarse y voltear hacia otro lado, allí fue cuando supe lo que ella había sufrido. La peste comenzó a expandirse, ¡qué horror, qué cosa tan impresionante! eso era un olor agrio, de sudor de tres días concentrado y acrecentado por una playera de poliéster. Mi hermano y yo nos volteamos a ver con el asombro correspondiente, claro, los dos tapamos nuestra nariz y procurábamos respirar lo menos posible. La pobre muchacha volteaba a ver si había algún otro lugar, pero la unidad llevaba todos los asientos ocupados. Ella le lanzaba al tipo verdaderas mirada de odio, se podía leer en sus ojos que lo inspeccionaban de arriba a abajo: ¡ya báñate cochino! apestas, ¿lo sabías? e imagino que varias más a las que yo misma me uní. Supongo que el individuo lo notó, a mi me daría mucha pena, pero supongo que a él no. El asunto en realidad era una encrucijada entre reir o llorar, entre reir o respirar.

Por fin un asiento se desocupó y la chica se cambió de lugar, una cuadra adelante subió un señor y el pobre incauto se sentó en el lugar recientemente vacío a pesar de que mi hermano y yo hicimos gesto de ¡no lo haga! Ya para ese momento la risa me empezaba a ganar.

Como a la mitad del camino mi hermano de plano me dijo, ¿oye no quieres un café? a lo que respondí con un inmediato ¡sí! Creo que nos paramos tres cuadras antes de donde íbamos a bajar y cuando por fin bajamos soltamos la carcajada.

No cabe duda que la ciudad está llena de colores, sonidos, sabores y olores.

Échenle una miradita a lo que dijo Román.

Y de pilón, y aunque no se si tenga mucho que ver, dejo el videito de una canción que escuchábamos hace unos meses.

6 comentarios:

J Jesus T Arellano dijo...

peor cuando llueve un poco y la gente se remoja...

saludos,

uvejota dijo...

ohhhh sí
a mi una vez me tocó en el metro. Un tipo se subió y venía empapado de pies a cabeza, sus tenis de tela casi que en charco

no, no, no mega manches, no te quiero contar a qué olía.

guaaaaacala!!!!!!!
saludos

Adrianza dijo...

como le dije a Ro:
guácatelas y más guácatelas

que padre describen los sucesos, me encantan

Taker dijo...

Pues ta gacho, aunque en el metro es peor porque no hay manera ni de ventilarle un poquito.

Saludos!!

Taker dijo...

Oye... acabo de ver el video, no se que tenga que ver pero me gusta esa rola :D

Ora si, Saludos!!

Adriana dijo...

jesusSí cuando la gente se remoja y en el pesero a las señoras se les ocurre sellar las ventanas a piedra y lodo para que ni una gota de agua le baje el copte sí es terrible el olor a perro que se genera, ahora imagina cómo estaba éste que sin agua ya olía peor que perro. Gracias por pasar.

Así es vero remojados luego se hacen caldo iak

Amá ya ves dos puntos de vista ;)

Taker sí, te concedo razón, peor si vas en uno de esos trayectos entre estaciones que son especialmente largos jojo.

Te digo, no sé que tenga que ver o si tenga que ver pero a mi también me gusta la rola :D