Trescientos treinta y seis meses

El día de mañana cumpliré, como diría Benedetti, la matusalénica edad de trescientos treinta y seis meses, y me da el sentimiento ese que me da todos los años, no es malo, ni como a algunas personas sé que les sucede, tampoco me deprimo, más bien lo que me sucede es como el recuento que se hace en año nuevo. Miro en retrospectiva, miro en perspectiva.

Esta vez puedo decir que me siento muy contenta con lo hecho en el transcurso del año, creo que he crecido (y no sólo en dimensiones ni en edad), me siento satisfecha. Me gusta lo que tengo: mi familia, mis amigos, mi trabajo, mis experiencias. Las caídas que tuve me demostraron que en efecto, lo que no te destruye te hace más fuerte, y creo que estoy en paz con eso, estoy aprendiendo a recordar sin dolor.

Me gustaría contar más, decir más... pero en este momento voy saliendo para empezar a festejarme como Santo de Pueblo, o por lo menos todo el fin de semana, que afortunadamente cayó ahora en viernes. Me invitó mi hermano a ver a Nitzer Ebb y pues yo no me negué.

Les dejo el citado poema.

Como siempre
Mario Benedetti

Aunque hoy cumplas
trescientos treinta y seis meses
la matusalénica edad no se te nota cuando
en el instante en que vencen los crueles
entrás a averiguar la alegría del mundo
y mucho menos todavía se te nota
cuando volás gaviotamente sobre las fobias
o desarbolás los nudosos rencores
buena edad para cambiar estatutos y horóscopos
para que tu manantial mane amor sin miseria
para que te enfrentes al espejo que exige
y pienses que esás linda
y estés linda
casi no vale la pena desearte júbilos
y lealtades
ya que te van a rodear como ángeles o veleros

es obvio y comprensible
que las manzanas y los jazmines
y los cuidadores de autos y los ciclistas
y las hijas de los villeros
y los cachorros extraviados
y los bichitos de san antonio
y las cajas de fósforos
te consideren una de los suyos

de modo que desearte un feliz cumpleaños
podría ser injusto con tus felices
cumpledías

acordate de esta ley de tu vida

si hace algún tiempo fuiste desgraciada
eso también ayuda a que hoy se afirme tu bieaventuranza

de todos modos para vos no es novedad
que el mundo
y yo
te queremos de veras

pero yo siempre un poquito más que el mundo